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Ultimamente llevamos una racha que a ver cuando remite.
El lunes murió mi amiga Dolores Benavent.
Fue mi profesora en la Escuela de Magisterio en el año 1973, su juventud y su forma de ser hizo que pronto un grupo de nosotras, aspirantes a maestras, hiciéramos amistad con ella.
En los años siguientes nuestra amistad se consolidó en salidas, fines de semana compartidos y viajes por la geografía de la península en las que gastábamos lo poco que podíamos ahorrar de nuestro escaso sueldo de maestras.
De ella aprendí muchas cosas,a ser clara, a defender mis derechos, a pescar, incluso intentó hacerme aprender ingles, cosa para la que soy negada.
Muchas horas de pesca compartimos disfrutando del mar.
Con los años nos fuimos dejando de ver tan a menudo, pero siempre mantuvimos la costumbre de hablarnos por teléfono y de vernos con el grupo de amigos y amigas en comidas organizadas en el campo, primero, y en casa de alguno de nosotros, más tarde.
Ha luchado como una fiera estos últimos años contra el cáncer que se la ha llevado, y hasta el último momento nos alentaba a disfrutar al máximo de la vida.
Un beso y hasta siempre Dolo.
Dolo y yo en nuestro primer viaje juntas
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