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El Ceip Néstor de la Torre es el centro en el que trabajé muchos años. En él monté mi primera biblioteca escolar en condiciones. Desde un principio funcionó de maravillas. A pesar de estar en un barrio marginal, los niños y las niñas del centro le cogieron el gusto a venir a la biblioteca y daba gusto ver las colas de usuarios en la hora del recreo para para poder entrar.
El problema que tenía es que el espacio era muy reducido y para realizar cualquier actividad había que desalojar el mobiliario, así que este año mi querida Tilde, la directora del centro decidió cambiar la biblioteca a un lugar más amplio. Su trabajo ha costado, el alumnado y el profesorado han colaborado en el traslado y expurgo de los fondos, Isabel la encargada de la biblioteca ha dirigido la maniobra de forma eficaz, hasta el guardián de bienes ha participado dando una buena mano de pintura a las paredes.
Queda reorganizar los fondos, hasta ahora estaban organizado por edades y se va a pasar todo a la clasificación decimal universal (CDU), así que de nuevo todo el mundo a echar una mano.
Yo he llevado el material de señalización.
Como ven madres y exalumnas colaboran para que todo esté ok lo antes posible.
Por cierto la chica fue alumna mía. Me dio una alegría enorme encontrarla ayudando en la biblioteca, por lo pronto se está dedicando a registrar los libro en el programa ABIES, la señora es su madre y en el centro tienen ahora una sobrina y nieta respectivamente.
1 comentario:
Gustazo que dá ver que las semillas que una sembró siguen dando fruto. Enhorabuena, mi niña... las bibliotecas escolares son lugares "peligrosos", por eso les ponen tantas dificultades... pero la fuerza de la gente que cree en el poder de la cultura y de la educación acaba haciéndolas posibles.
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